jueves, 21 de junio de 2012


GUSTAVO PETRO DEJA SIN TOROS A BOGOTÁ
Ventu Plara
No se acuerda, Gustavo Petro, en su época de guerrillero en Colombia cuando, al parecer, luchaba por la libertad de los más débiles; en definitiva, por la LIBERTAD. Como vemos, dejó las armas, su subió al carro del poder, le votaron, le eligieron alcalde de todos los bogotanos y, como todos los políticos de izquierdas, una vez ostentan el poder son los peores dictadores. Si echamos una mirada lo comprobamos en el acto. Zapatero en España, Castro en Cuba, Chávez en Venezuela……..una larga lista de santos varones que, amparándose en la democracia, de ésta ha hecho una gran dictadura.

Petro ha prohibido las corridas de toros en Bogotá por decreto ley; a su manera, como le ha pasado por los cojones y, el pueblo que se joda. Recordemos que, La Santa María de Bogotá, ese bellísimo coso con tanta historia sobre sus gradas, arrendada a la empresa regentada por Felipe Negret, de repente el alcalde le rescinde el contrato y, ya cumplió su objetivo, que Bogotá no tuviera toros.

No hay ninguna ley en Colombia que prohíba las corridas de toros; pero si hemos podido saber del odio de Gustavo Petro hacia la maravillosa fiesta de los toros. Ahí está su logro, el cierre de la Santa María bogotana. Seguro que se ha quedado a gusto. El tal Petro ha hecho lo mismo que los socialistas catalanes; éstos votaron una ley unos cuantos para joder a la mayoría. Los socialistas catalanes, prisioneros del odio más ancestral hacia la fiesta de los toros, se olvidaron de los cientos de miles de aficionados catalanes, se sacaron la ley de debajo de la manga, la votaron y se quedaron contentos. El susodicho Petro, lo ha hecho peor; como la plaza es de propiedad municipal, él, como alcalde ha dicho: no se renueva el contrato, así no se dan corridas de toros; y lo que es peor, no se busca otro arrendatario, claro.

Quisiera leer ahora el corazón de todos los toreros, de forma muy especial el de Luís Bolívar, César Rincón, Sebastián Vargas, Guerrita Chico y todo ese elenco de toreros colombianos que, a diario soñaban con La Santa María, con más fe que si dicha plaza de toros fuera una virgen propiamente dicha. plaza de toros colombiana.

Entendamos que el mundo está al revés. Un político sin alma, Gustavo Petro, sin memoria de cuanto hacía y de dónde vino, clausura por el artículo treinta y tres la plaza de toros de Bogotá mandado al éxodo más cruel, a la fiesta de los toros, hasta este momento, una fiesta admirada y amada en la capital andina.

Hablaba el “singular” Petro de que la Santa María serviría para dar actos culturales en dicho recinto. Señor García Márquez, dígale usted a su alcalde qué es la fiesta de los toros; o que se lo pregunte a otro premio Nobel, el señor Vargas Llosa.

Otra vez tenemos que parafrasear a Cabral: La sociedad actual está tal mal por las fechorías de los malos


Al margen de la imposibilidad de seguir viendo crear arte endicha plaza, la actitud del dictador ha cortado de seco las ilusiones de todos los toreros del mundo, los de Colombia antes que nadie y, lo que es más grave, les ha dejado sin la posibilidad de ganarse el pan jugándose la vida en la referida

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