Ya lo hemos defendido en numerosas ocasiones. La afición a los toros en
Córdoba no esta muerta, solo está profundamente dormida. Ha bastado un
poco de cariño, de compresión y de trabajo bien enfocado para que ésta
comience a abandonar el letargo donde estaba sumida. Córdoba no
necesita solo profesionalidad y buen hacer, también necesita hacerla
saber que puede reverdecer viejos laureles. Tras varios años de tonos
grises, en los últimos ya cercanos al negro, ha bastado que un equipo de
gente trabajadora, encabezada por hijos de la propia Córdoba, parece
que ha puesto los cimientos para la añorada y esperada recuperación.
Córdoba somos todos: ¡Abónate! es el reclamo, el lema que anuncia una
nueva etapa que ojala sea el de una recuperación definitiva. El trabajo
enaltece el espíritu y trabajo no falta en el equipo que encabezan
Ricardo Ramírez y Antonio Tejero. Tras una ilusionante renovación de
abonados de años anteriores, con la traba de no tener datos de la
anterior empresa, se ha iniciado la venta de abonos libres. Los
cordobeses siguen acudiendo. Buena señal. La semilla sembrada comienza a
brotar. Ahora solo hace falta crecer y madurar. Pero ojo, el trabajo
tiene que seguir siendo estandarte. Hay que elaborar carteles para todos
los que se están acercando a las taquillas del Coso de los Califas.
Para los toreristas, y para los toristas. Para los aficionados y para el
espectador ocasional. Para todo el mundo. Lo que ahora son cañas se
pueden tornar en lanzas. Córdoba es así. Dura y difícil Por eso hay que
seguir ilusionandola para volver al sitio que por historia y derecho
propio debe de ocupar en el universo taurino.
Mucho ánimo pues al nuevo equipo empresarial que ha logrado por el
momento renovar la ilusión y despertar una afición que parecía haber
pasado a mejor vida.
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