Aquella alegría luego desaparecería, con San Sebastián inexistente en el mapa taurino, como Cataluña. Cada cierre con su abolicionista son...
Pero hubo una época sin «bildus» ni nacionalismos en la que los carteles de toros poblaban las calles y en la que compartían papel y fachada con las otras ofertas de ocio, mucho menores lógicamente que en la actualidad.
Temporada de invierno y de verano
Así se aprecia en un cartel que forma parte del Fondo de la Biblioteca Nacional, ejemplo del género turístico. Con fecha de 1887 y con un gran rótulo, «Gran Casino de S. Sebastián. España», aparecen varias ilustraciones en las que se mezcla el anuncio de una corrida de toros -con las mejores cuadrillas y los primeros espadas- con los baños de mar (bains de mer),
en temporada de invierno y de verano. Como la pieza está impresa en
París, se combinan textos tanto en francés como en español.
Esta llamativa, colorida, elegante y hermosa obra, de 238 centímetros de alto y 87 de ancho, se hizo en Affiches Américaines Ch. Lévy, la misma empresa donde se imprimió el famosísimo del Moulin Rouge de Lautrec.
La acertada combinación de relax, diversión y
entrenimiento, donde se estampan vistas de la playa, del quiosco de
música, el salón de esgrima, la hidroterapia o la corrida de toros, era
un reclamo suculento para las clases más acomodadas, que viajaban desde París, Londres o
de la propia España. San Sebastián y sus saludables playas estaban de
moda. San Sebastián y sus toros también estaban de moda. Eran otros
tiempos...
Ahora se necesita más promoción entre
tanta oferta de ocio, de tanta comodidad y mucha de tan asequible
acceso, vender de modo atractivo un espectáculo que nunca pasará de moda
y forma parte de nuestras raíces. Recuperar los toros donde han sido abolidos no es misión sencilla. Aunque no imposible.
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