Cortó una oreja al buen quinto con buena actuación sin premio de Guerrita Chico
FELIPE DE LA ESPRIELLA,
Manizales (Colombia)
Con mucha soltura manejó el percel Guerrita Chico
con el bello primero, que no anduvo sobrado de fuerza pero sí le
repitió las arrancadas, pero que cantó tablas con mucha premura. Con
mucha serenidad afrontó el colombiano su debut en Manizales, muy metido
en el trasteo desde el inicio. Sujetó con seguridad al rajadito
animal con mucha suavidad y muy templadas formas, demostró firmeza en la
diestra y gobierno en el trapo. Tuvo nobleza y obedeció al
toque preciso de Guerrita el animal para terminar conjugándose en un
interesante trasteo rubricado con una estocada, preludio de la primera
vuelta al ruedo de la tarde.
Con el melocotón cuarto llegaba la oportunidad que pedía Guerrita Chico
con su debut manizaleño, y a este le ganó el paso y el terreno a base
de lances hasta los medios para rematar con una media ralentizada que
sonaba a reivindicación. Le faltaba espíritu y condición física al
animal, pero enseñaba cierta calidad para aprovecharla. Pero hubo que
sobarlo mucho para meterlo en la muleta y, cuando fue a apretarlo, le
cambió la acometividad por un comportamiento rajado al que tuvo que sobreponerse un Guerrita pleno de actitud.
Le planteó la batalla allí donde la quiso el toro, pero no encontró la
opción de ligarle el toreo al manso. Pinchó, además, y en silencio
concluyó su actuación.
Preciosas eran las hechuras del segundo, al que saludó Joselito Adame
con el compás abierto, midiéndole mucho la entrega hasta rubricar en
los medios con un recorte a una mano. Con poder derribó el animal en el
caballo, antes de que lo quitase Adame con animosas chicuelinas,
conectando mucho con el público. Muy pronto le buscó las tablas el toro
al anillo, como le buscó las vueltas Adame a él con mucho oficio, dando espacio y con paciencia en el tiempo.
Pero no terminó de definirse un animal al que nunca le sobró la
transmisión ante el fuerte toque del mexicano, porfión cuando le dio
renuencia el de Santa Bárbara, pero sin llegar a conjugarse nunca con el animal. Fue buena la estocada, que no sirvió para tocar pelo.
Con mucha elegancia quiso Adame
saludar con el capote al quinto, al que le ganó la acción y el paso
hasta el platillo con un torero y hermoso recorte que murió en los
medios. Con bravura recargó en la cabalgadura el toro de Santa Bárbara,
que luego se desplazó en las vibrantes zapopinas del mexicano. Sentado
en el estribo comenzó la labor muletera Joselito, doblándose con largura
con el animal con distinta actitud que en su primer oponente. Fueron
cortas las tandas, de tres y el de pecho con la derecha, aprovechando
la fijeza y la repetición del toro para llevar la emoción a un tendido
entregado. Profundo al natural Adame, fue en los medios donde ejecutó el toreo, imponiéndose a la arisca raza de Vigilante, un buen toro de Santa Bárbara.
Terminó con el toro enroscado al talle, vaciando por debajo de la pala y
sintiéndose mucho en los remates. Arriba quedó la gran estocada en la
suerte de recibir y la oreja que fue a parar a su esportón.
También el tercero de la tarde lucía
buena estampa pero también este tardeó en sus arrancadas al capote y le
costó acudir a la cita con el penco, dejando inédito a Castrillón
hasta el quite por navarras con que preludió el tercio de banderillas.
Le vio pronto Castrillón la suavidad en la embestida al animal, y lo mimó con la mano derecha en un inicio de la misma suavidad que traía el toro.
Era más la nobleza del animal que la humillación, y repetía hasta el
final del muletazo, que no siempre se cargó de temple ni de acople.
Faena liviana la del colombiano, que deslizó muletazos buenos entre las
tandas sin que cogiese vuelo el trasteo. Final de circulares muy
celebrados y una estocada delantera para finiquitar su labor en
silencio.
De rodillas en el tercio recibió Castrillón
al carbonero que hizo sexto, que metió bien la cara en los percales y
tuvo franqueza y ritmo en la acometida, aunque muy justa la fuerza.
Galleó por chicuelinas el colombiano para colocar al toro en el caballo,
donde se le cuidó mucho, con un quite posterior, también por
chicuelinas muy toreadas. Por estatuarios inició la faena Luis Miguel,
coreado en los tendidos hasta el remate de la firma. La mala suerte
quiso que se dañara el toro la mano izquierda, lo que deslució el ritmo
del trasteo y la propia clase del animal. A pesar de todo, supo darle reposo Castrillón al toro para extraerle luego los muletazos con mucho encaje y con gran sentido de la composición, sin reunión en la labor debido a la lesión del jabonero sucio.
FICHA DEL FESTEJO
PLaza de toros de Manizales. Segundo festejo de abono, casi lleno en los tendidos. Toros de Santa Bárbara,
bien presentados y de hermosa hechura. Noble y obediente el primero;
sin clase ni transmisión el desrazado segundo; noble y repetidor sin
humillación el tercero; rajado y sin opción el desrazado cuarto; bravo,
repetidor y emotivo el buen quinto; con fijeza y clase el sexto, dañado
durante la lidia.
Guerrita Chico (canela y oro): vuelta y palmas.
Joselito Adame (verde botella y oro): silencio y oreja.
Luis Miguel Castrillón (burdeos y oro): silencio tras aviso y palmas.
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