Llegaba el gran día para Lama de Góngora en el Baratillo, donde tomaba la alternativa de manos de Enrique Ponce y en presencia de José María Manzanares con una corrida muy bien hecha de Victoriano

EMILIO TRIGO
El testigo de la ceremonia echó una tarde de enorme seguridad. Dimensión que a Manzanares en Sevilla aún le quedaba por ofrecer. Rotundidad en exposición ante dos prendas que tenían mucho que torear. Planteamiento de faenas alejadas de la estética y con el pilar de la disputa entre el hombre y el toro. Aunque a veces, la marca ‘Made in Manzanares’ se hacía presente en el momento que algún astado medio ayudara. La elegancia de los escogidos o las "Perlas de lo divino”según Paula.

El hermoso tercero sacó una embestida codiciosa y encendida desde que salió de chiqueros para que se apretase Manzanaresen un saludo a la verónica de encaje e importancia, ayudado por la transmisión del animal. Pero fue genio lo que ofreció el toro en la muleta, con una exigencia emotiva que hizo tener a todo el mundo pendiente de cuanto sucedía en la lidia. Apretó Manzanares y se metió con él con responsable facilidad, imponiendo su ley de vuelo y gobierno para evitar que se le subiera a los lomos. Tiró de raza Josemariante el genio de ‘Cóndor’, emergiendo por encima de sus complicaciones con mucha facilidad. Muy sólido el alicantino y generoso en el esfuerzo con el complicado animal. Lo reventó Manzanade una estocada y paseó una oreja de mucho peso. Toro que probó en más de una ocasión y que terminó afligido a la labor del alicantino.

Antes salió del caballo marcando tendencias a los terrenos de la mansedumbre. No obedeció y por el contrario arreó. Luego le soltó muleta con el corazón para hundirse en el albero y aprovecharle con temple en el trapo la emoción de la embestida codiciosa en la que colocó la cara el animal. Entonces llegó el momento de la zurda y allí se rajó el animal, desluciendo la serie. Firme el alicantino cuando volvió a la diestra y ya no viajaba tan larga la embestida del de Victoriano. Atacó Manzanares con compromiso y con raza, con la responsabilidad de quien sustenta el peso de una Feria. Vergüenza de figura y tragantón poniendo los muslos a las astas de su oponente. Casi sin sintió, le instrumentó un par de tantas de poderío máximo. Lo fulminó, además, Manzanares con la espada para cortar la segunda oreja de su tarde.

El segundo de la tarde, tuvo un comportamiento tan basto en los primeros tercios como sus hechuras.
Desentendido y sin entrega, no hizo albergar esperanzas cuando llegó el tercio de muerte. Toro hecho hacia arriba y con alzada de caballo. Tuvo paciencia un veterano Enrique Ponce para aplicarle la solución precisa a cada problema que planteó el animal, siempre con torería, siempre con un exquisito sentido de la lidia. Catedrático el valenciano en formas y base. A pesar de todo, le faltó al animal el fondo de bravura para que rompiese la faena, bastante más lucida de lo esperado, antes de rajarse del todo. Se inventó Ponce todo lo que hizo.
Muy corto en las arrancadas y sin gran desliz se le vino el cuarto a Ponce, que le aplicó brega veterana en los primeros tercios, lo midió en el caballo y se lo hizo todo a favor. Pero le faltó de todo al animal en la muleta, y su falta de movilidad restó importancia a la firmeza estética y asentada de un Ponce que le buscó las vueltas con ahínco sin que llegase la emoción. Muy por encima el valenciano de un toro sin gracia. Porfión y responsable, lo mató por arriba y escuchó silencio. No hubo nada artístico para destacar aunque sí mucha sapiencia en su toreo.
FICHA DEL FESTEJO
Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Cuarto festejo de la Feria de Abril, cartel de 'No hay billetes'.
Toros de Victoriano del Río (primero, segundo, quinto y sexto) y Toros de Cortés (tercero y cuarto), correctos de presencia y de buena hechura. De nobleza y entrega muy a menos el primero; deslucido y mansurrón el segundo; rajado y geniudo el áspero tercero; soso y sin gracia el cuarto; exigente y emotivo el rajado quinto; con transmisión a menos el rajado sexto.
Enrique Ponce (ciruela y oro): ovación y silencio.
José María Manzanares (negro y azabache): oreja tras aviso y oreja.
Lama de Góngora, que toma la alternativa (blanco y oro): ovación y ovación de despedida.
Saludaron Curro Robles tras parear al primero y Curro Javier y Luis Blázquez tras hacer lo propio en el quinto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario