domingo, 7 de octubre de 2018

Diego Ventura arrasa con cuatro orejas y pone la Misericordia boca abajo



El rejoneador formó todo un alboroto en la Feria del Pilar


Diego Ventura aguarda la muerte del toro
Diego Ventura aguarda la muerte del toro - Fabián Simón


Zaragoz 

Diego Ventura marcó la diferencia ya con el tercero. Hasta entonces la tarde iba con más pena que gloria, y con Ventura en el ruedo todo se tornó en un vendaval. Cuajó al cinqueño de principio a fin, con garra que caló fuerte en los tendidos. La faena a más siempre, todo muy reunido, sin solución de continuidad. Ni un segundo de respiro, hasta provocar una locura colectiva, que tuvo su explosión con tres de las cortas en los medios y en un palmo de terreno. El rejonazo fulminante fue el pasaporte definitivo para las dos orejas y garantizarse la puerta grande.

Con el que cerró plaza formó un alboroto al clavar en los medios dos pares al violín precedidos de sendos impresionantes dobles quiebros. A partir de ahí, la plaza suya. Un par a dos manos sin cabezada y los tendidos en pie. Fulminante de nuevo con el rejón de muerte y el disloque. Una, dos, y fortísima petición de rabo, que el presidente frenó. La salida a hombros, triunfal.

La corrida de Ángel Sánchez y Sánchez, toda cinqueña excepto el cuarto, dio juego para cortarle más trofeos de los que al final resume la ficha del festejo. Y de todos, el primero, un toro de galope incasable, de limpieza en sus embestidas, de gran nobleza. Un regalo para su matador, Rui Fernandes, que al final apenas lo aprovechó. Interminables carreras y un desastre con los aceros. Respetuoso silencio, tras una estruendosa ovación para el murube de Sánchez. Muy preocupado de los aplausos con el cuarto en una labor que no pasó de discreta.

Tampoco anduvo muy certero en la suerte final Andy Cartagena, que concitó atenciones sin romper moldes, bien es verdad que el segundo se paró más. El quinto acusó en demasía el rejón de castigo.

 Dio la impresión de haberlo lesionado y quedó como un marmolillo y hubo de ser apuntillado.

En tarde de gloria para Diego Ventura, la plaza registró una decepcionante entrada en un festejo que tradicionalmente ha cerrado feria, que ha registrado llenos año a año, y que en esta ocasión, con el cambio de fecha, no superó los dos tercios.

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