“Finito fue quien acabó aficionándome a los toros. Me cautivó su estética, su belleza... No soy un entendido ni mucho menos, pero me dejo llevar por lo que me conmueve y me inspira”, expresa
Jorge Casals
Es uno de los grandes artistas de la música española que siempre ha mostrado sin prejuicios y a pecho descubierto su pasión por la Tauromaquia, una de sus principales fuentes de inspiración. De la guitarra flamenca de este cordobés, aunque nacido en Sevilla, el eslabón siguiente a otros grandes como Paco de Lucía o Manolo Sanlúcar, han nacido temas dedicados a toreros como Finito de Córdoba, José Tomás, Manzanares o Talavante. Un lujo para el toreo que un grande como Vicente Amigo siempre tenga presente en su alma y en sus dedos la pasión de esta Fiesta.
-¿Desde cuándo es aficionado?
-Tengo recuerdos de muy pequeño, de ir con mi
abuelo a los toros a la plaza de Córdoba. Íbamos al sol, al gallinero, y
allí pasaba calor y fatigas, pero me gustaba… Con el tiempo conocí a
Finito, que de novillero era una de las máximas figuras de la historia y
después se ha convertido en uno de los máximos exponentes del toreo.
Finito fue quien me acabó aficionando a los toros: me cautivó su
estética, su belleza… Me hice seguidor suyo más que del toreo en
general, porque no tengo mucha idea de toros aunque trato de aprender
día a día. No soy un entendido ni mucho menos, pero me dejo llevar por
lo que me conmueve y me inspira. Finito me acercó a este mundo y gracias
a eso conocí a otros toreros.
-¿Como por ejemplo?
-Julio Aparicio, que es otro que
me vuelve loco. Es posiblemente de los toreros más flamencos de la
historia. Me emociona, lo que hace nunca se te olvida, tengo grabadas
cada una de sus faenas que he visto, además de aquella histórica de Las
Ventas, muchas otras. Alguna vez le he visto torear mano a mano con
Finito y gozaba, porque eran dos toreros con un arte sin igual. Y desde
entonces me acerqué a otros toreros, a tratar de entenderlos.
-Y conoció a José Tomás.
-Lo de José Tomás es algo como religioso. Me
rompió todos los esquemas. Es uno de mis grandes amigos. Guardo en mi
mente muchas faenas suyas, momentos de delirio y otros dolorosos. La
última vez que le vi en Algeciras me emocionó toreando con el capote
porque no se puede torear más despacio.
-¿Qué otros diestros le cautivaron?
-Curro Romero, que es como una institución, un
torero exquisito con el que me encanta tener conversaciones porque te
enseña muchas cosas; Rafael de Paula, con el que he compartido algunos
momentos; Manzanares padre, que fue muy grande, y ahora su hijo José
Mari; El Juli, de quien todavía recuerdo una gran tarde en Bilbao,
Sebastián Castella, Ginés Marín, que es de los toreros jóvenes más
importantes. También Enrique Ponce, que está en el mejor momento de su
carrera y al que le deseo lo mejor en su recuperación; Talavante, que se
encontraba desarrollando su verdadera expresión; Javier Conde, al que
le vi una tarde imborrable en La Malagueta; y como no, Morante, que es
muy amigo mío. Los respeto mucho y ¿sabes por qué?
-Dígame…
-Una vez, junto a José Tomás, me puse delante de
una becerrita y ahí fue cuando sentí por primera vez lo que era el
toreo, sentí esa inyección de fuerza que te da el momento de dar el
muletazo. Aprendí desde entonces a respetar mucho más ese mundo y
ponerme en el lugar del torero.
-¿Qué le han enseñado?
-Cómo afrontar la vida, los
retos… Y aunque muchos digan que el flamenco y el torero son dos
personajes que tienen mucho en común, creo que no tienen nada que ver,
los toreros por ejemplo tienen que hacer un esfuerzo físico tremendo que
no es el mismo que el de los músicos, su disciplina física no tiene
nada que ver con la de un músico, pero sí es verdad que todas las artes
se pueden abrazar y dese luego, la música y el toreo comparten la
capcidad de emocionar, cada uno expresa su arte de una determinada
manera. La gran diferencia es que el torero se juega la vida de verdad,
eso es difícil de entender, pero te atrae. Es una mezcla de sentimientos
muy fuertes.
-¿Qué tiene de torero Vicente Amigo?
-Que cada vez que voy a tocar creo que me estoy
jugando la vida, y por eso me siento identificado con ellos. Pero eso
solo está en mi cabeza, porque evidentemente no hay toro, sino un
público amable que si va a verte es porque te quiere, aunque sea un
poco. Tanto es el miedo que paso que antes de salir rezo como ellos, con
esa oración interior en la que pides que salgan las cosas bien y que
puedas ofrecer lo mejor de ti mismo. Me siento torero porque primero
paso miedo y a la vez disfruto mucho.
-En más de una ocasión ha desvelado que el toreo es una gran fuente de inspiración para usted.
-Más que el toreo en general, algunos toreros, que
me provocan, me inspiran, me hacen soñar la música y eso es muy bonito.
Y es así de cierto, no es algo que sea un tópico ni mucho menos, ni
algo que diga por decir. Hace tiempo compuse un pasodoble para José
Tomás que se estrenó en Barcelona en su reaparición, ahora, aquel
pasodoble lo voy a convertir en un tema para guitarra y saldrá en mi
próximo disco. José Tomás me ha inspirado hasta el punto de meterme en
camisa de once varas y componer un pasodoble, que no es algo habitual en
los flamencos.
-Son muchos los toreros a los que les ha dedicado alguno de sus temas.
-Al primero que le hice un tema
fue a Finito de Córdoba, de los primeros de mis discos. Después a José
Tomás, uno de ellos titulado Idílico, en recuerdo al toro que indultó en
Barcelona y que me brindó a mí. También a Manzanares o a Talavante, que
fue en el disco anterior “Memoria de los sentidos”. Es un mundo que
siempre me ha inspirado y me ha aportado muchas cosas.
-¿En alguna ocasión ha acompañado con su guitarra una faena?
-En casa de Finito sí lo he hecho y una vez con
Enrique Ponce, pero verdaderamente, cuando alguien está toreando no me
gusta hacerlo porque la música es el toreo. En ese momento no me salen
las notas que quisiera. A toro pasado sí es bonito hacer una música para
una faena determinada, pero no mientras torea alguien, porque le tengo
demasiado respeto al toreo y no lo veo claro. El toreo en sí es música,
no hace falta que se le acompañe con nada.
-Muchos grandes de la música siempre se acercaron al mundo del toro.
-Y no solo flamencos, sino de todos los estilos.
Nos acercamos porque transmite algo fuerte. Es un mundo que cautiva. Y
es único, como el dolor o el placer, no tiene nada más que ese color, en
todos los lados es igual y llega.
-Está en su mejor momento profesional, con una carrera
extensa y consolidada, algo así como el Ponce de la música, acariciando
la excelencia en cada concierto.
-Gracias. Sigo buscando nuevas formas de expresión, es lo que me motiva.
Fotos: RIFF, JAVIER ARROYO y FIT
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