Personas por redes sociales han denunciado presuntos fallecimientos de personas por Covid-19 en centros de atención médica privados, lo cual ninguna autoridad médica ha desmentido o confirmado.
La gasolina que ahora es monopolio del Psuv y los militares, así lo afirma el joven dirigente de Voluntad Popular en Mérida, Héctor Azuaje Mendoza
Héctor Azuaje Mendoza. Coordinador de Organización de Voluntad Popular en el estado Mérida
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En nuestro país pasamos de tener la mejor red epidemiológica de América Latina, a un esquema centralizado, y opaco que maneja información que debería ser del dominio público a través de especialistas médicos, cual si se tratara de un secreto de Estado en medio de una guerra.
Desde que comenzó la pandemia del Covid-19, los gobiernos que mayor
transparencia de gestión han ofrecido son los que mejor están
combatiendo dicha enfermedad. Y es que la pandemia, por su rápido
contagio y las medidas gubernamentales tomadas, tiene un
profundo impacto a nivel económico y social.
A la presente fecha los venezolanos tenemos conocimiento de la
supuesta confirmación de alrededor de 170 casos y menos de 10
fallecimientos, ofrecidas por agentes políticos nacionales, sin conocer
quienes integran el equipo de especialistas médicos que
está haciendo frente a la pandemia en Venezuela, ni la cantidad de
pruebas realizadas, ni la inversión material para garantizar el cerco
epidemiológico.
Personas por redes sociales han denunciado presuntos fallecimientos
de personas por Covid-19 en centros de atención médica privados, lo
cual ninguna autoridad médica ha desmentido o confirmado.
En contraste
hemos podido ver especies de partes policiales
que corren por las redes sociales en los que las que se somete al
escarnio público a personas presuntamente contagiadas con Covid-19, y de
igual forma a representantes políticos del psuv que difunden
informaciones falsas sobre contagios, provocando pánico
social y sin recibir las correspondientes amonestaciones. Paradójico
resulta entonces que se pretenda perseguir a periodistas, diputados y
personal médico que le ha salido al paso a la mentira oficial
presentando hechos reales y corroborables sobre la pandemia.
Por otro lado, la situación de servicios públicos tiende a volverse
más catastrófica. La gasolina que ahora es monopolio del psuv, los
militares y el mercado negro de combustible, el cual curiosamente se
mantiene completamente abastecido, el servicio de
gas residencial deficiente, el agua potable que viene presentando
fallas constantes en sitios como la zona sur de la ciudad de Mérida, y
sin duda alguna los apagones que hacen que la gente se acueste en la
noches y se levante por las mañanas sin servicio de
electricidad en casi toda Mérida.
Sin duda alguna todo esto conjuga una situación que hace inviable
el mantenimiento de una cuarentena, en razón de que los hogares de
Mérida son sometidos a una permanente caotización de las condiciones
mínimas de subsistencia. A todo lo cual debe agregarse
la escalada hiperinflacionaria producto de una cuarentena mal
administrada, que está obligando a los merideños a salir de sus casas a
buscar el sustento diario, pese a la condiciones de riesgo.
En este sentido nuestro llamado es para que las familias hagan el
mayor esfuerzo por garantizar la vida en medio de la pandemia, a las
autoridades regionales en materia de salud a no perder el sentido de
profesionalismo e institucionalidad para servir
a los merideños y no solo hacer quites para evitar la irá persecutoria
del politburó regional del psuv, y a quienes están obsesionados con el
poder, a cesar en su hostilidad para permitir el ingreso de la ayuda
humanitaria y la conformación de un gobierno
de emergencia nacional que establezca unas líneas de gestión
estratégica para superar la pandemia del Covid-19, pero sin que esto
implique más destrucción del aparato productivo que todavía existe, así
como del tejido social venezolano.
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