Insólitas imágenes de ciudades sin coches por el coronavirus
La pandemia ha hecho caer la circulación a nivel mundial como no se había visto en décadas
Los Campos Elíseos de París sufren las consecuencias del coronavirus al
estar los franceses confinados en sus hogares como medida de prevención
(Pascal Le Segretain / Getty)
Martí Figueras LAVANGUARDIA
Hace más de veinte años tuvimos la oportunidad de ver en el cine una icónica imagen de la Gran Vía madrileña totalmente vacía, sin gente ni vehículos, y con un único hombre caminando por ella. Así comenzaba la película Abre los ojos,
de Alejandro Almenábar, con un errático Eduardo Noriega tratando de
dejar atrás sus propias tribulaciones. Fue en 1997 y la escena no dejó a
nadie indiferente. No en vano, esta avenida que une la calle Alcalá con
la plaza España es una de las arterias más comerciales de Madrid que más tráfico soporta a diario no ya solo de la capital sino también en todo el país.
Ahora, dos décadas después, es posible volver a ver la Gran Vía con
los ojos de Amenábar. Prácticamente vacía y con los comercios cerrados
debido al estado de alarma decretado en España desde el pasado 13
de marzo a causa de la crisis sanitaria del coronavirus. La aplicación
del Real Decreto 463/2020 limita la circulación de los ciudadanos por la vía pública y obliga al confinamiento de las personas, por lo que grandes urbes mundiales como Madrid aparecen convertidas ahora en ciudades fantasma.
La
Gran Vía de Madrid presenta estos días un aspecto casi desértico y
recuerda la secuencia con que Alejandro Amenábar empezaba la película
Abre los ojos, en 1997
(Pablo Blázquez Domínguez / Getty)
Nueva York, Londres, París, Barcelona Delhi y otras muchas metrópolis
del mundo están hoy paralizadas a causa de la pandemia de la Covid-19.
Sus calles se han convertido en espacios vacíos y la circulación de
vehículos está alcanzando unos registros inéditos desde que se mide la
intensidad del tráfico.
En el área metropolitana de Barcelona el tráfico cayó un 72%
durante la primera semana que entró en vigor el estado de alarma y el descenso se
ha intensificado desde el pasado 30 de marzo, fecha en la que solo
pueden desplazarse hasta sus puestos de trabajo el personal que
desarrolla una tarea considerada esencial por el Gobierno de
Pedro Sánchez. Hasta las 9 horas del 1 de abril, el tráfico de entrada a
la corona circulatoria de la capital catalana era de un 73,25% inferior
respeto a un miércoles normal, es decir casi 30 puntos (29,95
exactamente) por debajo de las cifras del miércoles anterior cuando ya
existía la obligatoriedad de mantenerse confinado, según informó el
Servei Català de Trànsit.
El acceso a Barcelona por la Avinguda Diagonal registraba una bajísima densidad de circulación el lunes 30 de marzo
(Ana Jiménez)
También el número de desplazamientos de largo recorrido
han ido a la baja en el territorio español. La Dirección General de
Tráfico (DGT) acreditó que el lunes 30 de marzo se registró un descenso
del 71% en el tráfico de largo recorrido respecto a un lunes normal, con
especial hincapié a la disminución del 81% protagonizada por los
vehículos ligeros. Por lo que respecta a los accesos a ciudades en
general, la caída fue del 73% y en el tráfico fronterizo un 79%.
Paralelamente las emisiones de dióxido de carbono (NO2),
relacionadas en gran medida a las emisiones de los motores de vehículos
que utilizan carburante fósil, han experimentado un “acusado descenso”
en todas las grandes ciudades europeas, según han confirmado las
observaciones por satélite utilizadas por la Agencia Especial Europea.
Un estudio de la Universitat Politècnica de València (UPV) publicado el
20 de marzo cifraba el descenso de la contaminación del aire en
Barcelona en un 83%, en Madrid de un 73% y en Valencia de un 64%, tras
las medidas adoptadas para la lucha contra la Covid-19.
Las grandes ciudades europeas como Londres han experimentado un
notable descenso en cuanto a las emisiones de dióxido de carbono debido a
la ausencia casi absoluta del tráfico. En la imagen, un hombre cargado
con bolsas camina por el puente de Westminster, una de las zonas más
turísticas de la capital inglesa
(JUSTIN TALLIS / AFP)
En general, todas las grandes ciudades del mundo han sufrido la parálisis por
el avance de la pandemia de la Covid-19. El primer brote se dio a
finales de 2019 en la provincia china de Wuhan y luego se propagó a
otros países. Italia, donde se han registrado ya casi 12.500
muertos por el virus, fue el primer país que confinó a sus ciudadanos
después de que China dejara en cuarentena a 11 millones de habitantes de
la provincia de Wuhan. La orden del Gobierno de Giuseppe Conte entró en
vigor el 9 de marzo y desde entonces la circulación de vehículos ha
caído de forma drástica.
Milan, capital de la Lombardía, es uno de los principales focos
activos de la Covid-19. Sus calles permanecen vacías a lo largo del día
desde que el 9 de marzo entró en vigor la normativa que obliga a los
ciudadanos italianos a mantenerse confinados en casa
(Paolo Salmoirago / EFE)
En Alemania la vida pública está sujeta a severas
restricciones, pese a que las medidas de confinamiento dictadas por la
canciller Angela Merkel no son tan severas como las adoptadas por otros
países. Aun así la circulación de vehículos se ha reducido de forma
abrupta en todo el país. Las grandes ciudades como Berlín, Hamburgo y
Múnich presentan un estado desolador por su inesperada falta de actividad.
La habitual congestión de tráfico que suele haber en torno a la
Columna de la Victoria, en Berlín, brilla por su ausencia en esta
fotografía del pasad 24 de marzo en este importante eje viario de la
capital alemana. En este punto situado en el parque Tiergaten confluyen
cinco grandes arterias viarias que enlazan los céntricos distritos de
Mitte y Charlottenburg
(Sean Gallup / Getty)
Estados Unidos es el país más afectado del mundo por el
coronavirus Covid-19, con más de 190.000 casos diagnosticados y 4.000
muertos. Pese a las reticencias iniciales de Donald Trump, el país está
sumido en un confinamiento voluntario que ha dejado vacías sus
calles. Nueva York, la ciudad que nunca duerme, está ahora huérfana de
ciudadanos y turistas ,y lógicamente, también de vehículos. El habitual
bullicio de Manhattan contrasta ahora unas avenidas con muy pocas
personas y automóviles circulando por ellas. Incluso se ha ordenado el
cierre de algunas calles de la ciudad para facilitar la distancia entre
peatones.
La Quinta Avenida de Nueva York presentaba esta insólita imagen
el 27 de marzo con una mujer cruzando un paso de cebra mientras es
inapreciable el tráfico por esta importante vía de Manhattan
(ANGELA WEISS / AFP)
En Argentina también se ha detenido la casi totalidad de la actividad económica y social desde que el pasado 21 de marzo se impuso la cuarentena en
el país, obligando a los ciudadanos a permanecer en casa. Las salidas
están limitadas a la compra de alimentos y medicinas, lo que confiere un
aspecto fantasmal a sus ciudades. Durante la primera semana de
confinamiento, la circulación cayó un 70% en Buenos Aires. De los 84
accesos viales que tiene la ciudad, 59 han sido cerrados y 25 permanecen
abiertos, de estos sólo 13 pueden ser utilizado por particulares. Los
12 restantes están reservados al transporte público.
Los efectos de la cuarentena se dejan ver en enclaves tan
emblemáticos y generalmente colapsados de tráfico como la avenida 9 de
Julio de Buenos Aires. En esta imagen aérea del 23 de marzo apenas se
distingue algún vehículo
(RONALDO SCHEMIDT / AFP)
La ausencia de coches por las calles de las grandes ciudades ha llevado a algunos conductores a hacer realidad el sueño de circular a sus anchas,
aun a costa de vulnerar la cuarentena y exponerse a una fuerte sanción
económica. Los hay que todavía han ido más lejos hasta el punto de
organizar una cerrera ilegal como fue el caso denunciado por el
departamento de tráfico de Toronto (Canadá).
“Hemos detenido a 18 conductores por realizar maniobras ilegales este fin de semana. A los 18 se les ha suspendido el permiso de
conducir y sus vehículos han sido incautados durante 7 días”, publicó
este organismo en su cuenta oficial de Twitter el pasado 22 de marzo.
Uno de los participantes en este tipo de carreras fue cazado circulando a
171 km/h por las calles de la capital canadiense.
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