lunes, 9 de diciembre de 2013

3ª “Maletilla de Oro”

Un gran Paispamba


Jorge Arturo Díaz
Cali - Colombia. Del digno encierro destacó el segundo, que tras una limpia faena de Alzate no recibió la muerte merecida. Los demás novilleros y el rejoneador que oyó los tres avisos, no dieron la talla.
Bonitos, juanpedreños, astifinos, peleadores, codiciosos, con clase, metiendo la cabeza, volviendo e imponiendo, los tresañeros de “Kike” Álvarez emocionaron, impusieron su ley, ganaron todos los duelos y se hicieron aplaudir en serio.

Pero entre todos "Felix", Nº 31º, el segundo, azabache, largo y apretado de puntas, arremetió a los dos faroles de rodillas, las verónicas, la media y la revolera de Juan Camilo Alzate, prendiendo fiesta. Por abajo, con prontitud y celo, cargó contra el peto y los banderilleros. Daba gusto. Pero más cuando en los medios, fijo y leal fue tras la muleta, una y otra vez, por un pitón y por el otro con la misma franqueza y fogosidad. No se dejó desbordar el bogotano, que ya es mucho decir, y le ligó con el trapo frontal y el compás abierto, rematando en ajustadas bernadinas. Músicos y pueblo, también metidos de lleno en la faena, vieron morir al bravo de pinchazos y estocada corta delantera. Era de vuelta al ruedo, la dio el novillero.

El rejoneador Juan Pablo Vallejo, cabalgó raudo, sin rumbo ni acierto con los hierros, y sin siquiera intentarla, dejó la suerte suprema en manos del sobresaliente quien hizo sonar el clarín tres veces.

Nicolás de San Juan, se perdió desde el primer lance hasta la estocada, que fue la de la tarde, en un caos de unipases indecisos y sin mando, intercalando algunas poses instantáneas. Pero la colocación y eficacia de la espada, que no la ejecución, le salvaron.

El ecuatoriano Luis Francisco Almeida, cauto, sin sitio, defensivo, abandonado a sus piernas, naufragó ante las oposiciones del cuarto, que a gritos pedía muñeca. Encima, no lo pudo matar, oyendo la triple clarinada.

El payanés Andrés Valencia, derrochó ganas y arrojo que sumados a la codicia del más hecho exaltaron la concurrencia más allá de lo justificado por la falta de fundamento. Pero la generosidad y la bravura cuando se juntan son irresistibles. Ole y ole, música y música, molinete y molinete, hasta cuando varios intentos a toro arrancado, cinco pinchazos y un aviso mandaron a parar.

José Luís Vega, de Choachí, regó detalles estéticos. Más con la muleta. Un cierto desmayo del brazo, un cierto desparpajo en la postura, un cierto echarse sobre los talones, una cierto reposo. Pero todo murió en las tablas, ahogado en sosería, tardanza y un aviso.

La ganadería caucana (tierra brava), que ha venido repitiendo buenas presentaciones y triunfos convincentes, dentro y fuera del país, volvió a mostrar hoy en Cañaveralejo credenciales válidas para regresar a los carteles de feria. Si no protagonizó una tarde triunfal fue porque no halló coteja.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Cañaveralejo. 3ª de temporada. Nubes. Menos de media plaza. Con picadores. Seis utreros de Paispamba (en Domecq), de buena presencia y enrazados. Todos aplaudidos en el arrastre menos el 6º.

Juan Pablo Vallejo (rej.), pitos tras tres avisos.
Juan Camilo Alzate, vuelta.
Nicolás de San Juan, silencio.
Luis Francisco Almeida, silencio tras tres avisos.
Andrés Valencia, saludo tras aviso.
José Luis Vega, silencio tras aviso.

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